Desarrollado por FP Analytics, la división de investigación interna de Foreign Policy, en colaboración con World Vision U.S. y el Banco Mundial

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Los simulacros de FP son programas interactivos basados en escenarios que ofrecen a los participantes la oportunidad de hacer frente a los desafíos en la gestión de crisis, la diplomacia y la construcción de la paz con la misma creatividad y enfoque que tradicionalmente se han dedicado a los juegos de guerra. El 16 de julio de 2021, el simulacro de crisis de Fomentando la resiliencia en el Norte de Centroamérica reunió a líderes mundiales y regionales y a expertos del gobierno, el sector privado, el mundo académico y la sociedad civil para abordar los complejos factores políticos, socioeconómicos y medioambientales que impulsan la migración forzada desde tres países de América Central: El Salvador, Guatemala y Honduras. Aunque Foreign Policy (FP) tiene un largo historial produciendo simulacros y PeaceGames, este fue el primer simulacro centrado firmemente en la resiliencia y el desarrollo de capacidades como un medio para afrontar los riesgos complejos y la fragilidad, gestionar de forma adaptativa las crisis y salvaguardar vidas y medios de subsistencia. Tras el simulacro de julio, FP organizó el Diálogo virtual: Fomentando la resiliencia en el Norte de Centroamérica para examinar las ideas y recomendaciones generadas por el simulacro. El programa fue desarrollado por FP Analytics, la división de investigación interna de Foreign Policy, en colaboración con World Vision U.S. y el Banco Mundial.


El Simulacro

El escenario se desarrolló a través de una investigación profunda e incorporó una serie de riesgos complejos que contribuyen a la migración forzada desde El Salvador, Guatemala y Honduras, incluyendo los desastres ambientales relacionados con el clima, una mayor mutación y propagación del COVID-19, el empeoramiento de las condiciones económicas, los feminicidios y la escalada de los índices de violencia transnacional. El simulacro se centró en identificar y mitigar las causas fundamentales de la migración forzada, que consiste en un “movimiento migratorio que, si bien puede implicar diversos impulsores, implica fuerza, coacción o coerción”.1 La migración forzada es distinta de la inmigración regular (u ordenada), que “se produce en cumplimiento de las leyes del país de origen, tránsito y destino”.2 Como todas los simulacros de FP, este programa se diseñó para facilitar un nivel dinámico de compromiso con el escenario entre las diversas partes interesadas obligando a los participantes a identificar aliados y a trabajar para lograr marcos de cooperación que permitan gestionar las crisis inmediatas y fomentar un crecimiento económico duradero a largo plazo.

Estos simulacros proporcionan un “espacio seguro” para considerar nuevas alianzas, coaliciones y conversaciones más allá de los silos y los intereses políticos, y tienen como objetivo revelar posibles planes de contingencia que se basan en un conjunto diverso de experiencias, visiones del mundo y puntos de vista organizativos. Se pidió a los participantes que utilizaran un marco de resiliencia y gestión adaptativa para hacer frente a estos desafíos interrelacionados en materia de seguridad, gobernanza, desarrollo y ayuda humanitaria.

Los participantes en el simulacro de julio incluyeron representantes de gobiernos y organizaciones internacionales, expertos en la materia y miembros de la sociedad civil de toda la región y del mundo. Los participantes fueron asignados y asumieron los roles de diversos grupos de interesados, incluyendo Honduras, El Salvador, Guatemala, Estados Unidos, México, Bancos Multilaterales de Desarrollo, Organizaciones Internacionales, el sector privado, jóvenes y niños, y una serie de organizaciones no gubernamentales de la sociedad civil y religiosas. Estos roles se incluyeron en el simulacro debido a su relevancia, nivel de influencia y capacidad distintiva para crear resiliencia en la región. A los participantes se les asignaron roles diferentes a los de sus trabajos y afiliaciones profesionales, lo que les desafió a reflexionar sobre estos temas desde otra perspectiva y a identificar soluciones y colaboraciones innovadoras que hasta ahora se les había eludido.


El Diálogo Virtual

Tras el simulacro a puerta cerrada, FP convocó a un diálogo virtual el 22 de julio de 2021, que reunió a líderes y expertos del gobierno, el sector privado y la sociedad civil para discutir la serie de riesgos complejos y factores de fragilidad en la región y cómo estas diversas partes interesadas están trabajando para crear capacidad local, fomentar la resiliencia multidimensional y contener la migración forzada. Los ponentes analizaron las políticas, la financiación y las asociaciones necesarias para desarrollar resiliencia en el norte de América Central, y reflexionaron sobre las ideas y conclusiones del simulacro. Los ponentes del diálogo virtual, moderado por la directora general de FP Analytics Allison Carlson, incluyeron a:

  • João Diniz, Líder Regional de América Latina y el Caribe, World Vision International;
  • Mileydi Guilarte, Administradora Auxiliar Adjunta de la Oficina de América Latina y el Caribe, USAID;
  • Ricardo Pareja, Jefe de Ventas y Desarrollo de Mercado del Grupo Humanitario y de Desarrollo, Mastercard;
  • Edgar Sandoval, Presidente y Director General de World Vision U.S.;
  • Luis Suazo, Embajador de Honduras en EE. UU.; y a
  • Ricardo Zúñiga, Enviado Especial del Triángulo Norte, Departamento de Estado de EE. UU.

Los participantes y ponentes transmitieron que para impedir las migraciones forzadas se necesitarán soluciones que aumenten las capacidades de los Estados, el sector privado, la sociedad civil y las comunidades para prevenir y absorber mejor las grandes conmociones y el estrés a fin de adaptarse positivamente frente a los cambios políticos, sociales, económicos y medioambientales. Además, habrá que transformar las instituciones y los sistemas para afrontar las causas fundamentales de las crisis y las tensiones en la región. La creación de colaboración intersectorial dentro del país y a nivel subregional es fundamental para reforzar las capacidades locales que pueden gestionar más eficazmente los riesgos transnacionales y compuestos.


Afrontando los Desafíos Regionales Mediante un Marco de Resiliencia

El deterioro de las condiciones socioeconómicas y de seguridad, agravado por las frecuentes catástrofes naturales y los problemas gubernamentales del país entre otros factores desestabilizadores, ha llevado a millones de personas de El Salvador, Honduras y Guatemala a abandonar sus hogares en busca de mayor estabilidad y prosperidad. En 2019, estos países representaron casi el 50 por ciento de los solicitantes de asilo defensivo en Estados Unidos, lo que generó unos 500.000 refugiados a nivel mundial y otros 250.000 desplazados internos.3 4 A medida que la pandemia continúa en 2021, los migrantes están llegando a la frontera entre Estados Unidos y México en cifras récord. En abril de 2021, se puso bajo custodia la cifra récord de 112.000 migrantes adultos solos, llegados principalmente del norte de Centroamérica.5 Esta tendencia siguió acelerándose en los meses siguientes. En julio de 2021, 210.000 migrantes cruzaron la frontera sur de Estados Unidos, la cifra más alta registrada en los últimos 21 años.6

A pesar de los sucesivos esfuerzos, las iniciativas gubernamentales y no gubernamentales no están alcanzando los resultados esperados para afrontar los problemas de la región. Los esfuerzos de los actores internacionales en materia de desarrollo tampoco han logrado afrontar adecuadamente las causas de la migración forzada. Los enfoques de ayuda y desarrollo se han centrado durante mucho tiempo en la satisfacción de las necesidades humanas básicas, la promoción del crecimiento económico y la buena gestión de gobierno, pero no se ha prestado suficiente atención a las causas subyacentes de la fragilidad, que producen una amplia gama de riesgos superpuestos, incluidos los que están relacionados con las dimensiones políticas, sociales, económicas, ambientales y de seguridad. El simulacro y el diálogo pretendían contribuir a un emergente cambio de paradigma, de “fragilidad a resiliencia”, centrado en una mejor gestión de los riesgos y crisis complejas que perturban la paz y el desarrollo, una tendencia que se está debatiendo cada vez más entre los responsables políticos y que está ganando terreno en la comunidad del desarrollo.7 El cambio a un marco de resiliencia se centra en hacer más visibles los riesgos complejos y compuestos, y también en fomentar una mayor capacidad de respuesta por parte de los Estados y las sociedades, así como de los socios internacionales, para aumentar la resiliencia frente a la fragilidad. El objetivo principal del simulacro era promover nuevas formas de pensar y trabajar en la región con el fin de profundizar en el análisis, la colaboración y la comprensión de las soluciones relativas a la resiliencia.

Temas

El escenario esbozaba una serie de posibles acontecimientos que, de desencadenarse, podrían agravar la crisis política, económica y humanitaria en toda la región. Si bien este escenario era ficticio, se elaboró teniendo en cuenta las vulnerabilidades conocidas y vigentes en El Salvador, Guatemala y Honduras, y se diseñó para obligar a los participantes a pensar en cómo responderían en caso de que se produjeran tales acontecimientos. Durante el escenario se exploraron varios temas clave, entre ellos:

1. Fragilidad medioambiental: Guatemala, Honduras y El Salvador son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático y a ciertos peligros naturales, como la sequía, los huracanes y los terremotos.8 A medida que aumenta la temperatura, se prevé un aumento del número de fenómenos meteorológicos extremos en la región, como sequías y huracanes.9 El impacto del cambio climático en la temperatura y el hábitat de la fauna silvestre también puede tener efectos significativos en la salud de los tres países centroamericanos, incluyendo un posible incremento de las enfermedades infecciosas. Estos efectos sobre la salud afectarán de forma desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, como los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con problemas de suministro de agua. Para reflejar los riesgos medioambientales actuales en la región, los participantes se enfrentaron a las secuelas de un huracán, una sequía que afecta al Corredor Seco y una nueva variante de COVID-19.

2. Seguridad y fragilidad social: Los tres países llevan mucho tiempo luchando contra la violencia crónica. Décadas de guerra civil e inestabilidad política debilitaron las estructuras de seguridad del Estado, lo que permitió el surgimiento de bandas transnacionales, como la Mara Salvatrucha (MS-13) y la Banda de la Calle Dieciocho (Barrio 18). Las tasas de homicidio y de violencia juvenil en la región estaban entre las más altas del mundo hace una década.10 Aunque estas tasas han tendido a disminuirse en los últimos años,11 los índices de violencia de género siguen siendo de los más altos de América Latina, y los cierres para evitar la propagación del COVID-19 han exacerbado aún más la violencia contra las mujeres y los niños en la región, alimentando aún más la migración forzada.12 Este escenario engloba explícitamente esta amenaza con la inclusión de nuevas organizaciones criminales transnacionales y la escalada de los índices de violencia contra las mujeres, los niños y las personas LGBTQI.

3. Fragilidad política e institucional: La debilidad de la capacidad institucional y del estado de derecho, junto con otros problemas gubernamentales, las protestas y el malestar político, son problemas profundamente arraigados en la región, derivados de décadas de guerra civil e inestabilidad en el siglo XX.13 El índice de percepción de la corrupción 2020 de Transparency International determinó que los tres países se encuentran en la mitad inferior de los 180 países encuestados.14 La desigualdad, la impunidad y la pobreza han crecido durante la pandemia de COVID-19 y han empujado a algunas personas a emigrar en busca de condiciones y oportunidades más estables, reflejándose estos factores en el simulacro.15

4. Fragilidad económica y social: Honduras, Guatemala y El Salvador se encuentran entre los países más pobres del hemisferio occidental, por debajo de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe en términos de producto interno bruto (PIB) per cápita.16 Debido a un amplio sector informal y a la inseguridad económica, muchos hogares dependen de las remesas del extranjero, que representaron casi el 21 por ciento del PIB de los países en 2020, en promedio.17, 18 Aunque el envío de remesas se ha recuperado desde entonces, estos pagos se redujeron drásticamente durante los primeros meses de la pandemia.19 Esta caída inicial de las remesas dejó a muchos hogares sin una red de seguridad cuando las restricciones para contener la pandemia de COVID-19 aplastaron la actividad económica, especialmente en los grandes sectores informales.20 Para mantener las economías a flote, los gobiernos se endeudaron fuertemente a fin de apoyar los servicios sociales y de salud, y la prestación de ayuda fue insuficiente en parte debido a las debilidades institucionales.21 Los crecientes niveles de pobreza durante la pandemia, junto con las recurrentes crisis medioambientales, han exacerbado la inseguridad alimentaria y la malnutrición crónica en toda la región.22 Por ejemplo, los elevados índices de pobreza y las frecuentes sequías en Guatemala han hecho que casi la mitad de la población no pueda permitirse comprar alimentos básicos, lo que a su vez ha provocado el retraso en el crecimiento de casi la mitad de los niños menores de cinco años del país.23 Durante el escenario, los participantes tuvieron que hacer frente a una serie de vulnerabilidades económicas y sociales, como la pérdida de medios de subsistencia, la pobreza, la inseguridad alimentaria, la deficiencia de las infraestructuras de telecomunicaciones y de tránsito, la vulnerabilidad de la deuda y el acceso limitado a los servicios sanitarios.

5. El rol del compromiso de los Estados Unidos: Durante las dos últimas décadas, Estados Unidos ha colaborado con Honduras, Guatemala y El Salvador a través de la ayuda exterior y la política de migración para gestionar los flujos migratorios irregulares. Los tres países se han visto muy afectados por estas políticas que han cambiado bajo cada administración. El simulacro subrayó la necesidad de comprender los riesgos y las consecuencias no intencionadas de los compromisos externos, al tiempo que se sigue aprovechando la importancia de la inversión y la ayuda internacional. El simulacro y el diálogo exploraron las vías para un compromiso constructivo y el intercambio de información y datos con las entidades regionales y locales, así como el modo en que Estados Unidos puede colaborar más eficazmente y apoyar el desarrollo de capacidades a nivel local.

El Marco de Resiliencia

Los continuos riesgos multidimensionales y dinámicos descritos anteriormente amenazan la vida y los medios de subsistencia de los centroamericanos. Para responder a estos riesgos, se animó a los participantes y ponentes del simulacro que participaron en el diálogo a reflexionar sobre estos temas y sus propuestas de solución en el contexto de un marco de resiliencia. La resiliencia es la capacidad de un Estado, una sociedad o un sistema de absorber, adaptarse y/o transformarse frente a conmociones o tensiones. Requiere que los actores fortalezcan las capacidades y los recursos de un sistema para afrontar los riesgos, sus causas fundamentales y las crisis subsiguientes. Este marco de resiliencia puede desglosarse en tres tipos de capacidades:

1. Capacidad de absorción, que es la habilidad de adoptar medidas de protección para enfrentar conmociones y tensiones conocidas. Esto incluye acciones tomadas para anticipar, prevenir, mitigar y absorber impactos específicos (como catástrofes, conflictos y rápidas fluctuaciones de precios) o tensiones crecientes (como el desempleo a gran escala, la elevada deuda pública y las presiones demográficas).

2. Capacidad de adaptación, que implica la capacidad de realizar ajustes intencionados en la anticipación o en la respuesta a las condiciones cambiantes. Las intervenciones de apoyo a la capacidad de adaptación tratan de mejorar la flexibilidad, la previsión y el aprendizaje de los Estados, los sistemas, los hogares y las comunidades para que adopten estrategias de adaptación positivas en respuesta al cambio social, económico y medioambiental a largo plazo en lugar de prácticas adaptativas negativas de “último recurso”, como la migración irregular o la omisión de alimentos.

3. Capacidad de transformación, que se refiere a la capacidad de realizar cambios fundamentales para afrontar las causas estructurales o de origen, de los riesgos y las vulnerabilidades. La capacidad de transformación implica reformas en los mecanismos de gobierno, las políticas, los reglamentos, las infraestructuras, las redes comunitarias y/o los mecanismos de protección social.

World Vision ha desarrollado un marco de resiliencia para la región basado en los cuarenta años de operaciones de la organización y en las estrechas relaciones de trabajo con las comunidades, la sociedad civil, el sector privado y las instituciones públicas. El marco identifica las múltiples fragilidades y riesgos a los que se enfrenta la región, pero también identifica los recursos para la resiliencia dentro de la sociedad, las instituciones, las comunidades, las familias y los individuos, que pueden fortalecerse a través de asociaciones de interesados más amplias, colaboraciones intersectoriales e inversiones. El escenario utilizó este marco de resiliencia para impulsar el diálogo entre los participantes acerca de los puntos de partida para la acción.   


Resiliencia en Centroamérica

El marco de World Vision para afrontar las causas fundamentales de la migración forzada en el Triángulo Norte.

FUENTE: WORLD VISION, 2021


Resumen del Simulacro

El simulacro comenzó con una “puesta en escena” que describía el entorno en el que se desarrollaban los acontecimientos del escenario. El simulacro se estructuró en torno a tres “movimientos”, cada uno de los cuales requería una respuesta o acción por parte de los participantes. Después de cada movimiento, los participantes se separaban del grupo completo para formular respuestas con su equipo o con otros equipos (por ejemplo, estableciendo una alianza o negociando un acuerdo con otro equipo). A estas consultas les siguió una sesión de reflexión guiada por el moderador, el editor en jefe de FP, Ravi Agrawal, así como las opiniones de un panel de expertos y un debate de grupo para sacar conclusiones basadas en el resultado del juego de rol. Los paneles de expertos animaron a los participantes a abordar cada movimiento teniendo en cuenta el marco de resiliencia.

La gente camina por una calle en Honduras tras un huracán. ORLANDO SIERRA/AFP/Getty Images

Puesta en Escena: Las Concsecuencias de un Huracán

La escena comienza después de un devastador huracán de categoría 4 que tocó tierra cerca de San Pedro Sula en Honduras y de Puerto Barrios y Lago de Izabal en Guatemala. El huracán Miranda y sus efectos posteriores causaron la muerte de 4.200 personas en ambos países, provocaron desplazamientos internos generalizados y arrasaron infraestructuras y cultivos críticos. Cientos de miles de personas han solicitado ayuda de emergencia y casi 20.000 se han quedado sin hogar. Aprovechando la devastación y desestabilización en toda la región tras el huracán, una nueva empresa criminal nicaragüense o mara llamada Las Serpientes expande su red hacia El Salvador, Guatemala y Honduras. Las Serpientes sirven de intermediarios en el tráfico de drogas y armas desde Sudamérica a Norteamérica y Europa. En toda la región han aumentado las tensiones y la competencia entre bandas, lo que ha contribuido a una fuerte escalada de extorsiones, secuestros y actos aleatorios de violencia contra los civiles. La inestabilidad y la inseguridad llevan meses empujando a los migrantes de las zonas rurales hacia las ciudades de la región.

Una mujer y su hija en una carretera el 29 de mayo de 2020 en El Salvador durante una cuarentena obligatoria por el COVID-19. YURI CORTEZ/AFP/Getty Images

Movimiento 1: Sequía en el Corredor Seco y una Nueva Variante de COVID-19

Una temporada después de los huracanes, una sequía devasta al Corredor Seco, que abarca los tres países. La sequía destruyó la producción agrícola, devastando los medios de vida de los agricultores y poniendo a miles de niños pequeños en riesgo de desnutrición severa. Mientras la región lucha por manejar la sequía, una variante altamente infecciosa del COVID-19 se propaga rápidamente por toda América Central. Los gobiernos centroamericanos reinstauran las medidas de confinamiento para contener la nueva cepa, obligando a cerrar empresas y escuelas. Los efectos combinados de la sequía y la pandemia han dado lugar a una inseguridad alimentaria generalizada. Como resultado, los desplazamientos internos y la migración a Estados Unidos y México aumentan rápidamente, ya que la gente no puede alimentar a sus familias ni encontrar trabajo debido a la sequía y al COVID-19.

Respuestas de los Participantes

Tras la puesta en escena y el movimiento inicial, surgieron varios temas. Los delegados de El Salvador, Guatemala y Honduras pidieron una mayor cooperación regional en materia de seguridad e inteligencia. Los gobiernos pidieron a Estados Unidos y México que ayuden y financien una cooperación regional más formalizada, incluyendo un Centro de Intercambio de Inteligencia Criminal. Sin embargo, México y Estados Unidos dieron prioridad a la mejora de la protección fronteriza en lugar de a la cooperación regional en materia de seguridad, aunque ambos países se ofrecieron a seguir trabajando con los tres gobiernos regionales para abordar los problemas de tráfico y contrabando.

​​Mientras que los Estados se centraron principalmente en las cuestiones de seguridad, las organizaciones internacionales y no gubernamentales trataron de abordar los problemas humanitarios, sanitarios y de cambio climático a los que se enfrenta la región. Para evitar la propagación del COVID-19, los delegados de la Coalición por la Salud y los Bancos Multilaterales de Desarrollo sugirieron asociarse con los gobiernos nacionales y locales, así como con otros socios estratégicos, para ayudar a distribuir información, vacunas y suministros médicos. Los Bancos Multilaterales de Desarrollo también recomendaron varias acciones para mejorar la resistencia al cambio climático en la región, como el despliegue de seguros para el cambio climático, tecnologías de captación de agua y pequeños almacenamientos, así como asistencia técnica en agricultura e infraestructuras.

Otros participantes, entre los que se encontraban equipos que representaban al Sector Privado, a las Coaliciones de Ayuda en caso de Catástrofe y Reducción de Riesgos, Medio Ambiente y Seguridad Alimentaria, se centraron en los esfuerzos de recuperación de la sequía y los huracanes, dando prioridad a la coordinación de las inversiones en infraestructuras y seguridad alimentaria. Las recomendaciones incluyeron inversiones en el manejo y restauración de cuencas hidrográficas, la restauración de las cadenas de valor en el Corredor Seco, los microseguros y los proyectos de energía verde. Para mejorar la respuesta actual y futura a las emergencias humanitarias, los participantes pidieron la creación de un “grupo logístico de emergencia” que reúna a los interesados locales, los gobiernos, las organizaciones humanitarias de las Naciones Unidas y las ONG para reforzar la preparación y la capacidad técnica de respuesta a las emergencias humanitarias. Los participantes de la Coalición del Sector Privado también promovieron las competencias únicas de sus sectores en materia de logística, análisis de datos y distribución, que podrían ser mejor utilizadas por los gobiernos regionales durante las futuras respuestas humanitarias a las crisis y la planificación del desarrollo.

Ideas del Groupo Consultivo

El grupo consultivo instó a los participantes a considerar cómo las conmociones y los factores de estrés de la puesta en escena y el primer movimiento podrían perturbar las políticas o los programas sugeridos. Los panelistas señalaron que las políticas pueden crear nuevos riesgos en la región involuntariamente; por ejemplo, señalaron que los programas de transferencia de efectivo o la inversión del sector privado podrían fomentar los problemas de corrupción y captura de las élites sobre el terreno. Los panelistas también destacaron que las poblaciones ya vulnerables son las más expuestas cuando se producen crisis interconectadas que se refuerzan mutuamente. Dado que las poblaciones vulnerables tienden a ser invisibles ante la ayuda o las protecciones legales y sociales, los panelistas animaron a los participantes a mantener el riesgo individual en primer plano cuando planifiquen sus próximas acciones.

Una vigilia el 24 de noviembre de 2020, en memoria de las mujeres que fueron asesinadas antes del Día Internacional sin Violencia contra la Mujer, en la Ciudad de Guatemala, Guatemala. JOHAN ORDONEZ/AFP/Getty Images)

Movimiento 2: Distrubios Civiles y Feminicidios

Desde el inicio de la pandemia, la violencia de género y la violencia doméstica han aumentado, afectando a miles de mujeres, niños y personas LGBTQI. Si bien los índices de asaltos, feminicidios y violencia contra las mujeres y los niños han aumentado drásticamente, las llamadas a los servicios de emergencia han disminuido debido a la impunidad, el estigma y la falta de confianza en las autoridades. En medio de los crecientes índices de violencia, una ola de disturbios civiles reverbera en toda la región mientras los manifestantes exigen aumentar el acceso a una mejor atención sanitaria, oportunidades de trabajo formal y protección del empleo. En el escenario, las protestas se intensifican tras el descubrimiento de un escándalo político que implica a las élites adineradas que sobornan a los funcionarios elegidos para que ignoren la contaminación ambiental y las violaciones a los derechos humanos en las fábricas. En respuesta a los crecientes disturbios, el gobierno de Honduras implanta un toque de queda a las 6 de la tarde para prevenir posibles actos de violencia y envía a la policía antidisturbios para que se enfrente a los manifestantes.

Respuestas de los Participantes

La segunda etapa del simulacro hizo que los actores estatales se centraran principalmente en la gobernanza, el cambio de normas y comportamientos, y las inquietudes en materia de seguridad. En respuesta a los crecientes índices de violencia doméstica, los delegados de Guatemala sugirieron la organización de una comisión de derechos humanos a nivel nacional, en la que los ciudadanos puedan denunciar posibles violaciones de derechos para su investigación a nivel de país. Los delegados de Guatemala también hicieron hincapié en la necesidad de profundizar el compromiso de los hombres para prevenir la violencia basada en el género (VBG). Dada la presencia de la comunidad religiosa y su probada capacidad para superar las diferencias entre los interesados en la región, varios participantes señalaron que la Coalición Religiosa es la más adecuada para educar e involucrar a los hombres en las implicaciones de la violencia de género. También se sugirieron como prioridades instituciones de cuidado infantil asequibles y seguras, y huertos comunitarios dirigidos por mujeres para hacer frente directamente a la violencia de género mediante la creación de espacios seguros para las mismas además de capacitarlas con el objetivo de que puedan acceder a un empleo formal.

Una de las recomendaciones que subyace en todas ellas fue la necesidad de aumentar la resiliencia a las conmociones y al estrés en medio de las necesidades urgentes y competitivas de asistencia y desarrollo. Reforzar y crear resiliencia en los sistemas y redes locales puede ayudar a prevenir y gestionar esas conmociones y tensiones antes de una crisis de modo que sus repercusiones negativas no pongan en peligro los logros del desarrollo. Estos esfuerzos por gestionar las conmociones y el estrés y promover la resiliencia deben ser más multidimensionales/holísticos a fin de afrontar la complejidad del desafío. Por ejemplo, se puede promover el empoderamiento de las mujeres para la “resiliencia de los medios de vida” y disminuir la violencia de género. Si bien los esfuerzos por empoderar a las mujeres pueden y deben integrarse en programas amplios con el objetivo de mejorar cualquier cosa, desde la seguridad alimentaria hasta la resiliencia de los medios de subsistencia, puede haber lagunas en la respuesta a los disturbios civiles y a la violencia de género de forma más generalizada. Un enfoque más holístico de la resiliencia que aborde las cuestiones de cohesión social (incluido el empoderamiento de las mujeres), la conexión social y las instituciones sensibles es esencial cuando hay competitivas necesidades y prioridades.

Ideas del Groupo Consultivo

El grupo consultivo destacó la importancia de invertir en el capital social, es decir, en las normas, las redes y los valores compartidos que mantienen unida a una comunidad, para fomentar la resiliencia en la región. El capital social puede dividirse en tres grandes tipos: vinculación, puente y enlace. El capital social “de vinculación” refuerza la cohesión social de autoayuda y el intercambio de activos dentro de las comunidades que piensan de forma similar. Es una fuente crítica de estabilidad y resiliencia ante una catástrofe, estrés o conmoción. El segundo tipo es la noción de capital social “puente”, que implica la creación de “puentes” metafóricos entre comunidades desconectadas o, en algunos casos, en conflicto. Por último, el capital social de “enlace” conecta los esfuerzos populares de “puente” y “vinculación” con los recursos y el poder formalizados.24

Según los panelistas, las pruebas demuestran que la resiliencia mejora cuando se aplican conjuntamente la vinculación, el puente y el enlace. Por el contrario, cuando los tres tipos de capital social están desarticulados, la resiliencia puede verse socavada; por ejemplo, invertir solo en el capital social “de vinculación” y “de puente” puede crear una respuesta a nivel de base que ignore las necesidades de más largo plazo o de mayor nivel que se encuentran por encima del de la comunidad. Los panelistas también pidieron que los participantes consideraran la posibilidad de orientar algunas inversiones en capital social hacia las familias. Los panelistas argumentaron que las políticas y los programas que se centran en la unidad familiar de forma coordinada e intencionada—especialmente a través de las organizaciones religiosas—pueden formar los valores de una nueva generación de centroamericanos.

Migrantes centroamericanos caminan llevando banderas guatemaltecas y estadounidenses desde Ciudad Hidalgo hasta Tapachula, México, el 23 de enero de 2020. ALFREDO ESTRELLA/AFP/Getty Images

Movimiento 3: La Migración Hacia el Norte y el Colapso de las Remesas

Un año después de que el huracán Miranda arrasara la región, el presidente Joe Biden cambia las leyes de migración de Estados Unidos para permitir hasta 125.000 refugiados cada año fiscal. Las noticias de los cambios en la ley de migración inspiran la organización de varias caravanas de migrantes formadas por decenas de miles de guatemaltecos, salvadoreños y hondureños. Las autoridades mexicanas, preocupadas por el creciente número de caravanas que se dirigen a su frontera con Guatemala, envían tropas para disuadir la migración a través de México. Mientras tanto, un nuevo estudio de una importante institución financiera internacional estima que las remesas a la región disminuirán gradualmente durante la próxima década a medida que el coste de vida aumente, los salarios permanezcan estancados y la inflación persista. La caída de las remesas debilita el consumo de bienes y servicios en la región, reduce los ya escasos ingresos del gobierno y pone en peligro a miles de pequeñas empresas. La dependencia de las tres economías de las remesas limita las opciones de financiación del déficit, obligando a los gobiernos a buscar cada vez más los mercados de capitales privados, que suelen tener tasas de interés más altas.

Respuestas de los Participantes

En el último movimiento, los participantes trataron de proteger la salud y la seguridad de los migrantes, al tiempo que abordaron los retos que la migración plantea a los países de origen, tránsito y destino. Para facilitar una migración más ordenada, los delegados de la Coalición Religiosa instaron a Estados Unidos y México a ampliar los programas de trabajadores temporales y a desarrollar políticas y procesos de asilo más claros y expeditos. Los delegados también instaron a las organizaciones internacionales a desplegar directamente las vacunas contra el COVID-19 a los migrantes. Dado el fuerte aumento de la migración irregular, varios participantes pidieron que se mejorara el diálogo regional entre los gobiernos y los actores locales, incluidos los actores religiosos. A lo largo del simulacro, se observó que la Coalición Religiosa está en una posición única para convocar a debates regionales sobre la migración y otros desafíos humanitarios.

Reconociendo que la migración regular e irregular se debe en parte a la falta de oportunidades económicas en sus comunidades de origen, los participantes también trataron de resolver los retos financieros y económicos a los que se enfrentan El Salvador, Guatemala y Honduras. Los delegados del Banco Multilateral de Desarrollo también destacaron la importancia de los bancos regionales de desarrollo en la financiación de proyectos de infraestructura de menor envergadura con impacto local, como las presas, que suelen ser menos atractivas para los inversores internacionales, pero que tienen un gran impacto regional. El equipo que representa a los bancos también apoyó la creación de un mecanismo de financiación para sembrar pequeños emprendimientos a nivel comunitario a fin de promover el crecimiento del sector privado.

Varios actores también destacaron la importancia del acceso a Internet y la banca durante el movimiento. Los delegados del Sector Privado y de las Coaliciones para la Migración Forzada señalaron que el acceso a Internet es vital para conectar a las personas de la región con las oportunidades de trabajo y los fondos de las remesas. Por último, para aprovechar las habilidades y la formación laboral de los retornados, la Coalición para la migración Forzada también recomendó que los esfuerzos de desarrollo se centraran en las habilidades lingüísticas y las capacidades técnicas para que los habitantes de la región pudieran trabajar a través de Internet con empresas internacionales.

Ideas del Groupo Consultivo

Para cerrar el simulacro, los panelistas reflexionaron sobre las soluciones propuestas durante este y también sobre los retos y oportunidades que quedaron sin abordar. Los panelistas animaron a los participantes a considerar la funcionalidad de las soluciones creadas durante el simulacro, teniendo en cuenta los acuerdos políticos únicos, a menudo centrados en las élites, que se han producido en los tres países centroamericanos. Estos acuerdos políticos plantean riesgos únicos para el desarrollo de la resiliencia a nivel nacional y requieren enfoques políticamente inteligentes y adaptativos por parte de los socios para apoyar soluciones más allá de las meras intervenciones técnicas. Por último, el grupo alentó a los participantes a facilitar las asociaciones con diversos interesados a nivel regional, nacional y local a fin de crear resiliencia.


Recomendaciones y Próximos Pasos

El Simulacro y el Diálogo Virtual de FP produjeron varias conclusiones clave y recomendaciones políticas destinadas a hacer frente a las causas fundamentales de la fragilidad multidimensional en la región del norte de América Central, en las dimensiones económica, medioambiental, social, política y de seguridad. Aunque la mayoría de las recomendaciones promovieron la resiliencia a través de múltiples vulnerabilidades, se dirigió el mayor número de acciones sugeridas a la vulnerabilidad económica y personal, en particular en torno a la seguridad de los medios de subsistencia y la inversión del sector privado. Los siguientes resultados y conclusiones proporcionan recomendaciones generales, así como las que se refieren a los tres tipos de capacidad de resiliencia—absorción, adaptación y transformación—que caracterizan el marco de resiliencia. Las recomendaciones pueden aplicarse a múltiples niveles, incluidos el individual y el familiar, el comunitario o el social.

Conclusiones y Recomendaciones Generales

El desarrollo de la resiliencia requiere la identificación de riesgos complejos. El Salvador, Guatemala y Honduras se enfrentan a una constelación de crisis agravadas que han hecho que los esfuerzos de desarrollo y ayuda humanitaria se centren en satisfacer las necesidades inmediatas mediante la prestación de servicios y las oportunidades económicas. Sin embargo, este enfoque basado en las necesidades ha fracasado en la mayoría de los casos a la hora de tratar los riesgos y las crisis complejas, así como sus causas principales, lo que hace necesario un nuevo enfoque humanitario y de desarrollo que se centre en la resiliencia. Un enfoque de resiliencia que identifique los riesgos y las causas complejas y trabaje para fortalecer las capacidades de absorción, adaptación y transformación de las sociedades es esencial para ayudar a la región a salir de las actuales trampas de fragilidad. El marco “Hope at Home: Building Resilience in Central America” de World Vision ayuda a identificar los principales riesgos y vulnerabilidades multidimensionales que se ha demostrado que hacen que las personas sean vulnerables a la migración forzada como mecanismo de defensa negativo.25  

World Vision distribuye raciones de alimentos en Guatemala. World Vision

Los esfuerzos de ayuda internacional deberían priorizar el desarrollo y la implementación de plataformas nacionales. Los participantes en el Simulacro y Diálogo Virtual de FP señalaron las deficiencias de los anteriores esfuerzos de ayuda y desarrollo. La ayuda y la asistencia técnica se han prestado históricamente a los Estados frágiles a través de proyectos descoordinados y a corto plazo, generalmente en respuesta a las crisis. Aunque Estados Unidos y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), así como México y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), han desarrollado enfoques integrales de ayuda a la región, estos enfoques han sido, en gran medida, incapaces de frenar la migración forzada. La ampliación del compromiso en la región requiere un nuevo enfoque de la arquitectura de la ayuda, que permita al país receptor coordinar los esfuerzos de ayuda en función de sus propios intereses esenciales de desarrollo. Las plataformas nacionales podrían ofrecer una vía para ello, creando órganos de coordinación dirigidos por los gobiernos que identifiquen las necesidades de desarrollo y elaboren programas específicos, informados y adaptados por datos e inteligencia en tiempo real.26

Por lo tanto, las organizaciones internacionales y los países donantes deberían colaborar con los gobiernos regionales para desarrollar sus propias plataformas nacionales, con el fin de ayudar a garantizar que los programas estén efectivamente alineados y que las capacidades se desplieguen de la manera más eficiente y adecuada. Estos esfuerzos establecerían un centro de gravedad para que los gobiernos y los socios se pongan de acuerdo sobre las prioridades compartidas y movilicen recursos para afrontar los retos de gobierno, desarrollo, seguridad y economía. Para promover la resiliencia y la comunicación entre las personas interesadas, estas plataformas tendrían que basarse en datos y adaptarse a los cambios del entorno y al trabajo continuo sobre el terreno. Por ejemplo, el gobierno de Honduras elaboró un Plan de Reconstrucción y Desarrollo Sostenible para responder a los huracanes Iota y Eta en noviembre de 2020 y a la pandemia de COVID-19.27 Esta agenda dirigida nacionalmente, según el Embajador Suazo, podría ser el punto de partida para reunir a los principales actores y a la cooperación internacional en los mecanismos de la plataforma del país, para poder avanzar en las prioridades del mismo, buscando la consolidación de la resiliencia en Honduras. En Guatemala, oficinas como SEGEPLAN, la oficina nacional para la planificación de los recursos internos y los mecanismos de coordinación bilateral y multilateral, pueden desempeñar el papel de plataformas de coordinación para adoptar la agenda de resiliencia.

Capacidad de Absorción

World Vision Nicaragua y la Fundación Walmart responden durante la pandemia de COVID-19. World Vision International

Los servicios y respuestas de emergencia deben estar coordinados entre las partes involucradas. Como se ha señalado anteriormente, los participantes del simulacro recomendaron activar un “grupo logístico de emergencia”, que reuniría a los interesados locales, los gobiernos y las ONG, además de mantener el grupo durante los períodos sin catástrofes. Estas acciones podrían contribuir a reforzar la “capacidad de absorción” de las comunidades mediante la financiación de infraestructuras locales más resilientes y la mejora de la coordinación logística de emergencias para así prevenir, mitigar y absorber mejor las conmociones repentinas. Los participantes sugirieron combatir la propagación del COVID-19 estableciendo un programa de vacunación, asociándose con los gobiernos nacionales y locales, así como con otros socios estratégicos, para distribuir información y suministros médicos, y recurriendo a las principales ONG centradas en la salud a fin de asesorar a los países sobre cómo aplicar sus protocolos sanitarios. En el caso de los inmigrantes, los participantes recomendaron proporcionar vacunas en el país anfitrión para frenar la propagación del COVID-19. El perfeccionamiento de la capacidad de absorción y adaptación de los migrantes—incluso mediante la mejoría de la seguridad personal de los mismos a lo largo de la ruta migratoria—debería ser un objetivo para todos los actores y en particular para Estados Unidos y México.

Capacidad de Adaptación

Los enfoques adaptativos son vitales para entender mejor los problemas políticos, sociales y económicos subyacentes que presentan grandes riesgos para las sociedades, sistemas e instituciones. Durante el simulacro y el diálogo, los participantes y los ponentes se refirieron a la complejidad de la dinámica de la fragilidad y de las crisis agravantes. Es poco probable que esta complejidad se resuelva con soluciones preconcebidas y tipos rígidos de programación de desarrollo linear o reformas en la gestión gubernamental. Los enfoques adaptativos, es decir, aquellos que continuamente repiten, experimentan y aprenden sobre cuáles reformas políticas y programas funcionan y cuáles no son fundamentales para la resiliencia a largo plazo. La creación de una infraestructura para la recopilación de datos en tiempo real y el intercambio de información entre los socios puede ayudar a facilitar un enfoque más adaptativo. Los esfuerzos de resiliencia sin enfoques políticamente informados y adaptativos serán efímeros y mucho menos eficaces que los que emplean enfoques adaptativos en respuesta a conmociones repentinas y factores de estrés inmediatos.

Un campamento de World Vision en Guatemala enseña a los niños apadrinados como convertirse en líderes para que puedan ayudar a abordar los grandes problemas que enfrenta su país, como la violencia y la pobreza. World Vision International

La colaboración con los socios locales, especialmente las organizaciones religiosas, es particularmente importante para la capacidad de adaptación. Los ponentes del Diálogo Virtual y los participantes en el Simulacro coincidieron en que los actores gubernamentales, del sector privado y de las ONG que invierten en la región deben desarrollar asociaciones locales para codiseñar y monitorear las intervenciones. La asociación con organizaciones locales para desarrollar y supervisar las intervenciones garantiza que los programas respondan eficazmente a las necesidades humanitarias y de desarrollo del lugar y permiten que el programa se adapte más fácilmente con el tiempo. Las organizaciones religiosas fueron identificadas en múltiples ocasiones durante el simulacro, como las más indicadas para convocar debates regionales, coordinar la prestación de servicios y facilitar el cambio social dada la legitimidad y la confianza otorgada a las Iglesias Católicas y Protestantes en la región. Dado el número de gobiernos, organizaciones internacionales, ONG y empresas privadas con oficinas religiosas o designadas, estas podrían colaborar y centrarse en nuevas formas de acercamiento y compromiso con los grupos y redes religiosas locales a fin de fomentar la resiliencia en la región.

Los participantes en el simulacro abogaron firmemente por la movilización de los actores relevantes para mejorar la resiliencia económica y social, basándose en sus actuales habilidades y ventajas comparativas. A lo largo del simulacro se mencionó que las organizaciones religiosas y las centradas en los jóvenes tienen estrechos vínculos con los individuos y las comunidades.

Es necesaria una mayor cooperación transfronteriza en materia de seguridad. Durante el Simulacro y el Diálogo, los representantes de los gobiernos se centraron principalmente en las amenazas a la seguridad y la gobernanza. En el simulacro, los participantes que representaban a los gobiernos de la región solicitaron ayuda y asistencia técnica para ayudar a combatir las amenazas a la seguridad, como el crimen organizado, la trata de personas y el narcotráfico, la violencia y el feminicidio. Asimismo, el embajador Luis Suazo de Honduras reconoció en su intervención en el Diálogo Virtual que la violencia y la corrupción continuarían en la región sin una cooperación internacional relacionada con la seguridad, que permita combatir a los grupos criminales transnacionales. La cooperación en materia de seguridad entre EE. UU. y la región se limita principalmente a la Iniciativa Regional de Seguridad para América Central (CARSI), posteriormente refundida como parte de la Estrategia de Compromiso de EE. UU. en América Central. El gobierno de EE. UU. presupuestó más de 3.6 billones de dólares en ayuda a la Estrategia, incluyendo CARSI, que financió a las fuerzas de seguridad regionales, a las agencias antidrogas y a los sistemas de justicia.28 Sin embargo, la asistencia real en materia de seguridad ha sido limitada debido a que el gobierno de Estados Unidos retuvo una parte de la ayuda asignada para el año fiscal 2017 hasta que los gobiernos centroamericanos mejoraran la seguridad fronteriza, la gestión de gobierno y los derechos humanos, y luego reprogramó casi toda la asistencia al Triángulo Norte para el año fiscal 2018, además de que no desembolsó la mayoría de los fondos para los años fiscales 2019 y 2020.29

Los participantes en el simulacro también hicieron hincapié en la necesidad de una acción regional coordinada en asuntos de violencia, bandas y tráfico de drogas. Una vía para fomentar la acción regional podría ser la creación de un Centro de Intercambio de Inteligencia Criminal en Centroamérica que promoviera el intercambio continuo de información desde la perspectiva de la inteligencia y la aplicación de la ley. Estados Unidos y México podrían apoyar el desarrollo y funcionamiento de dicho centro, pudiendo acogerlo en Miami. Los participantes también destacaron la necesidad de clarificar las políticas de asilo y evaluar la ampliación de los programas de trabajadores inmigrantes temporales de Estados Unidos y México para de esta forma facilitar la migración económica ordenada y reducir la migración irregular.

Capacidad de Transformación

Las colaboraciones intersectoriales son necesarias para el crecimiento. La construcción de infraestructuras y sistemas resilientes para hacer frente a futuras crisis requiere la colaboración de múltiples actores con el sector privado para poder planificar, financiar e implementar proyectos y políticas. Durante el Diálogo Virtual y el Simulacro, los participantes subrayaron el papel del sector privado para impulsar el crecimiento económico y la resiliencia social. Sin embargo, los significativos impedimentos para formar asociaciones entre los gobiernos y este sector han limitado la financiación de este en la región, con una inversión extranjera directa combinada en los tres países de solo 2.2 billones de dólares en 2019.30 Durante el Diálogo, el Enviado Especial Zúñiga señaló específicamente la necesidad de nuevas leyes de asociación público-privada en Guatemala, que aumentarían significativamente las posibilidades de inversión en el país. La eliminación de estos impedimentos es vital para aumentar la inversión internacional en la región. En la Estrategia Estadounidense para Tratar las Causas Principales de la Migración en Centroamérica, Estados Unidos reconoce que el sector privado es un socio infrautilizado en la región y subraya la necesidad actual de aprovechar la experiencia y los recursos de este para hacer frente a las causas de la migración.31

La Estrategia ha conseguido hasta ahora que 12 socios del sector privado inviertan en la región, entre ellos MasterCard y Microsoft.32 Estos socios, en particular, serán fundamentales para reducir las deficiencias en el acceso a los servicios financieros y a Internet, ya que Microsoft promete ampliar el acceso a la banda ancha a tres millones de habitantes de zonas rurales de la región. La penetración de la banda ancha en el Norte de Centroamérica está por debajo de los parámetros regionales, con un 57 por ciento de implantación en El Salvador, un 41 por ciento en Guatemala y un 37 por ciento en Honduras.33 Durante el simulacro, los participantes pidieron al sector privado que invirtiera en el acceso a la banda ancha, señalando su potencial para conectar a las personas con el empleo, la educación, los servicios y la información. Facilitar aún más las inversiones privadas en infraestructuras fundamentales, como la inversión prometida por Microsoft en el acceso a la banda ancha rural, será clave para acelerar el crecimiento económico y las oportunidades en toda la región.

Las comunidades y los gobiernos pueden beneficiarse de la expansión de la economía formal. Se calcula que, en promedio, el 76 por ciento de los trabajadores de los tres países del Triángulo Norte tienen empleos informales, a menudo mal pagados, sin salario fijo ni beneficios.34 Estos trabajadores no suelen pagar impuestos y, por tanto, no tienen acceso a las pensiones gubernamentales ni a los créditos de las entidades financieras. Estos empleos también son muy vulnerables a las crisis y a las catástrofes, como la reciente pandemia de COVID-19, que obligó a los gobiernos a aplicar cierres que impidieron a muchos trabajadores informales generar ingresos. Por consiguiente, la ampliación de las oportunidades en la economía formal es vital para garantizar la satisfacción de las necesidades básicas a nivel individual y que los gobiernos sean capaces de financiar el gasto social. Durante el simulacro, los participantes recomendaron que los gobiernos que quieran promover la formalización ofrezcan capital inicial para nuevas empresas o beneficios fiscales temporales para que las empresas existentes formalicen sus negocios. Los participantes también recomendaron algunas políticas activas del mercado laboral, como la formación profesional dirigida a las mujeres, los jóvenes, los posibles inmigrantes y los retornados.

Jóvenes salvadoreños participan en un programa de entrenamiento laboral en el municipio de Arce. Anastasia Moloney/REUTERS

Un buen gobierno es la clave para la eficacia de las inversiones a largo plazo. Los gobiernos de los tres países han probado numerosas intervenciones y políticas centradas en el desarrollo o la delincuencia para abordar los asuntos de gobierno, pero la mayoría han fracasado o retrocedido en los últimos años. Los participantes en el simulacro se refirieron a la necesidad de apoyar las iniciativas de buena administración y de desarrollar compromisos y leyes firmes para combatir la impunidad y la corrupción. En el Diálogo Virtual, los ponentes que representaban al Gobierno de Estados Unidos destacaron la buena gestión de gobierno como una condición clave para minimizar la migración forzada y mejorar los resultados del desarrollo. Los desafíos gubernamentales en El Salvador, Guatemala y Honduras son un “importante factor que contribuye a la migración irregular”, según el enviado especial Ricardo Zúñiga. En sus declaraciones, Zúñiga afirmó que la resiliencia es un objetivo primordial para que Estados Unidos responda a los complejos riesgos y crisis de la región, y que la reforma de gobierno es un enfoque central para que Estados Unidos trate estas dinámicas de fragilidad, ya que “la corrupción y la débil administración contribuyen significativamente a la inseguridad y desalientan la inversión nacional y extranjera”. Sin embargo, los enfoques típicos de “buena gestión” suelen ser demasiado técnicos y se centran en trasplantar las mejores prácticas de los países desarrollados u occidentales.35 La gran complejidad y la arraigada fragilidad política, institucional, social, medioambiental y de seguridad de la región exigen un enfoque adaptativo y políticamente informado de la renovación gubernamental, experimentando y aprendiendo continuamente con coaliciones y reformistas con el fin de fomentar diversos tipos de resiliencia.

El Simulacro y el Diálogo Virtual reunieron a representantes y expertos de la región, muchos de los cuales nunca se habían reunido, para reflexionar sobre estos complejos riesgos y generar recomendaciones a fin de desarrollar la capacidad local y la resiliencia de forma más sostenible en El Salvador, Guatemala y Honduras, identificando enfoques de absorción, adaptación y transformación. Cada una de estas capacidades está interconectada, se refuerza mutuamente y existe en múltiples niveles que van desde el individuo hasta el Estado. Mediante el desarrollo de estas capacidades de resiliencia a nivel individual, familiar, comunitario y social, los individuos y las comunidades pueden fortalecerse y estar más preparados para resistir las crisis. La mejora de estas capacidades puede ayudar a garantizar un desarrollo amplio y a largo plazo, así como una mayor habilidad para resistir las conmociones, las tensiones y las incertidumbres que están en el origen de la migración forzada.

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References

1 IOM (2019) Glosario sobre migración. Derecho internacional sobre migración, nº 34. Enlace: https://publications. iom.int/system/files/pdf/iml_34_glossary.pdf

2 Ibid.

3 Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Oficina de Estadísticas de Migración. Informe anual de afluencia de refugiados y asilados: 2019, septiembre de 2020. Enlace: https://www.dhs.gov/sites/default/files/publications/immigration-statistics/yearbook/2019/refugee_and_asylee_2019.pdf

4 UNHCR, Crisis de los Refugiados de América Central, Consultado el 15 de agosto de 2021, Enlace: https://www.unrefugees.org/emergencies/central-america/

5 The Washington Post, “La enorme afluencia fronteriza hace temer un verano nefasto por las muertes de los migrantes”, 3 de junio de 2021. Enlace: https://www.washingtonpost.com/national-security/summer-migrant-deaths-southern-border/2021/06/03/a03d7bb8-c3a6-11eb-8c34-f8095f2dc445_story.html

6 Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos. Aprehensiones de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos en la frontera suroeste por sector. Departamento de Seguridad Nacional. Consultado el 25 de agosto de 2021. Enlace: https://www.cbp.gov/newsroom/stats/southwest-land-border-encounters/usbp-sw-border-apprehensions

7 Ingram, G. y Papoulidis, J. (2018) “Estados frágiles y la búsqueda de ‘lo que funciona’”. Brookings. Enlace: https://www.brookings.edu/blog/future-development/2018/11/08/fragile-states-and-the-search-for-what-works/. OCDE (2020) “Estados de fragilidad 2020”. Enlace: https://www.oecd.org/dac/states-of-fragility-fa5a6770-en.htm

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9 Sigelmann, L. (2019) “El impulsor oculto: Cambio climático y migración en el Triángulo Norte de Centroamérica”, Enlace: https://www.scribd.com/document/424634738/The-Hidden-Driver-Climate-Change-and-Migration-in-Central-America-s-Northern-Triangle

10 Arnson, C. Et al. (2011) “Crimen organizado en Centroamérica: El Triángulo Norte”. Wilson Center. Enlace: https://www.wilsoncenter.org/sites/default/files/media/documents/publication/LAP_single_page.pdf. Fernández, D. (2010) “Policías sin ton ni son”. El Periódico, 20 de septiembre de 2010. Prensa Libre (2010) “Policías se apropian de dinero durante operativo en Tikal Futura”, 12 de octubre de 2010.

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12 Wolfe, D. (2020) “Triángulo Norte: Aterrador para vivir, peligroso para salir”. Enlace: https://www.worldvision. ca/stories/child-protection/northern-triangle

13 Bozmoski, M.F., Hernández, C., Rubio, R. y Sadurní, D. (2021) “Combatir la corrupción en el Triángulo Norte: Priorizando un enfoque de toda la sociedad”. Atlantic Council. Enlace: https://www.atlanticcouncil.org/ in-depth-research-reports/issue-brief/combatting-corruption-in-the-northern-triangle-prioritizing-a-whole-of-society-approach/#Introducción. Wolfe, D. (2020) “Triángulo Norte: Aterrador para vivir, peligroso para salir”. Enlace: https://www.worldvision. ca/stories/child-protection/northern-triangle

14 Transparency International (2021) “Índice de percepción de la corrupción”. Enlace: https://www.transparency.org/en/cpi/2020/index/nzl

15 Cheatham, A. (2021) “El turbulento Triángulo Norte de América Central”. Consejo de Relaciones Exteriores. Enlace: https://www.cfr.org/backgrounder/central-americas-turbulent-northern-triangle

16 Banco Mundial. (2021). PIB per cápita (US$ actual): América Latina y el Caribe. Grupo del Banco Mundial. Enlace: https://data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.PCAP.CD?locations=ZJ

17 Cheatham, A. (2021) “El turbulento Triángulo Norte de América Central”. Consejo de Relaciones Exteriores. Enlace: https://www.cfr.org/backgrounder/central-americas-turbulent-northern-triangle

18 Banco Mundial. “Remesas personales, recibidas (% del PIB) – Guatemala, El Salvador, Honduras”. Consultado el 25 de agosto de 2021. Enlace: https://data.worldbank.org/indicator/BX.TRF.PWKR.DT.GD.ZS?locations=GT-SV-HN

19 Noe-Bustamante, L. (agosto de 2020). “En medio del COVID-19, las remesas a algunas naciones latinoamericanas cayeron bruscamente en abril y luego se recuperaron”. Centro de Investigación Pew. Enlace: https://www.pewresearch.org/fact-tank/2020/08/31/amid-covid-19-remittances-to-some-latin-american-nations-fell-sharply-in-april-then-rebounded/

20 Alonso-Gamo, P., Goretti, M., y Ocker, I. (Dic. 2020). “Cuando llueve, llueve: La pandemia y los desastres naturales desafían las economías de Centroamérica”. Enlace: https://www.imf.org/en/News/Articles/2020/12/15/na121720when-it-rains-it-pours-pandemic-and-natural-disasters-challenge-central-americas-economies

21 CEPAL. (2021). La financiación del desarrollo en la era de la COVID-19 y más allá: Prioridades de América Latina y el Caribe en relación con la agenda de políticas globales de financiación para el desarrollo. No. 10 Informe Especial COVID-19 Link: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/46711/1/S2100063_en.pdf

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26 OCDE (2020) “Estados de fragilidad 2020”. Enlace: https://www.oecd.org/dac/states-of-fragility-fa5a6770-en.htm. Papoulidis, J. (2020) “Plataformas nacionales en Estados frágiles: Un nuevo camino para la cooperación y el desarrollo”. [Blog] Global Delivery Initiative. Enlace: Country Platforms in Fragile States: A New Path for Development Cooperation.

27 Gobierno de Honduras. (2020) Plan de Reconstrucción y Desarrollo Sostenible de Honduras. Enlace: http://www.prds.hn/

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29 Ibíd.

30 Banco Mundial. (2019). “Inversión extranjera directa, entradas netas (BoP, dólares actuales) – Guatemala, El Salvador, Honduras”. Grupo del Banco Mundial. Enlace: https://data.worldbank.org/indicator/BX.KLT.DINV.CD.WD?locations=GT-SV-HN

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32 La Casa Blanca. (Mayo 2021). “HOJA DE DATOS: La Vicepresidenta Harris lanza un llamado a la acción al sector privado para profundizar la inversión en el Triángulo Norte”. Sala de Prensa de la Casa Blanca. Enlace: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2021/05/27/fact-sheet-vice-president-harris-launches-a-call-to-action-to-the-private-sector-to-deepen-investment-in-the-northern-triangle/

33 Smith, B. (mayo de 2021). “Respondiendo a la llamada: El apoyo de Microsoft a la iniciativa de la VP Harris para promover las oportunidades económicas en Centroamérica.” Microsoft. Enlace: https://blogs.microsoft.com/on-the-issues/2021/05/27/harris-central-america-digital-skills-call-to-action/

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35 Grupo del Banco Mundial (2017) “Prestación de servicios sociales en contextos violentos: Logrando resultados contra viento y marea”. Enlace: https://documents1.worldbank.org/curated/en/343141497021595501/pdf/116038-WP-PUBLIC-184p-SocialServiceDeliveryinViolentContextsFinal.pdf. Grupo del Banco Mundial (2017) “Informe sobre el desarrollo mundial 2017: Gobierno y ley”. Informe insignia del Grupo del Banco Mundial. Enlace: https://www.worldbank.org/en/publication/wdr2017